Finaliza el primer feriado de esta navidad con el saldo trágico de 26 personas muertas, la mayoría de ellas por politraumatismos secundarios a accidentes de transito y el resto causado por intoxicación alcohólica. Otros tantos fallecieron victima de actos de violencia vinculados a riñas y a la ola de criminalidad que afecta al país. Algo importante que se destaca de este feriado es la ausencia de lesionados por el manejo inadecuado e imprudente de fuegos de artificios.
Estos resultados deben preocupar a las autoridades estatales y a los organismos responsables de implementar y desarrollar políticas públicas tendentes a prevenir muertes que generan luto y dolor en la familia y además provoca la inversión de grandes sumas de dinero para lograr la curación de lesiones y la recuperación de discapacidades. No solo es la tragedia que constituye la muerte de seres queridos, sino también los daños emocionales ocasionados a las víctimas que quedan con vida y que posteriormente tienen que someterse a largos y costosos tratamientos para superar los mismos.
Las instituciones que forman parte del Centro de Operaciones de Emergencia deben hacer mayores esfuerzos para que a las labores preventivas se sumen mas organizaciones sociales y comunitarias y autoridades provinciales y municipales con liderazgo y capacidad de gestión. Esto permite aglutinar a actores fundamentales, ampliar la cobertura, hacer más efectivas las acciones y obtener mejores resultados. Para este tipo de labor se necesita de mucha fuerza de voluntad y de grandes sacrificios, solo así se puede disminuir de manera eficiente la ocurrencia de accidentes y actos inhumanos de violencia y criminalidad que degeneran en muertes o discapacidades.
El incremento de los fallecidos en un 44% durante el recién pasado feriado de noche buena y navidad con relación al mismo periodo del año 2008, debe motivar la evaluación, revisión y reformulación inmediata del plan que habrá de implementarse en el transcurso de este fin de año y los primeros días de enero del 2010. Se debe priorizar el desarrollo de acciones y actividades tendentes a prevenir los accidentes de transito y la ocurrencia de actos de violencia en sus diversas manifestaciones. Desarrollar una campaña educativa intensiva con la difusión de mensajes a través de los medios de comunicación de masas dirigidos a promover normas colectivas de convivencia, una diversión sana, la prudencia al momento de ingerir bebidas alcohólicas y los cuidados al guiar vehículos de motor.
Concomitantemente a lo anterior, el Poder Judicial, el Ministerio Publico y las autoridades policiales deben hacer mas efectiva la persecución y la sanción del crimen y el delito, y al mismo tiempo el COE debe promover la integración y el apoyo de las autoridades provinciales y municipales a los planes y acciones de prevención. La Defensa Civil y la Policía Nacional no se pueden dejar solas en esta tarea. Pero la mayor responsabilidad es de la familia, fundamentalmente de los padres, madres y tutores. Estos deben jugar su rol en la buena crianza de sus hijos, inculcando en ellos las buenas costumbres y rescatando los valores morales, religiosos y sociales para usarlos como herramientas en su formación. El compromiso es salvar vidas ahora y siempre.
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