República Dominicana prohibió el comercio de ropa usada en la frontera con Haití para evitar la propagación del cólera, que ha causado cerca de 1.000 muertes en el país vecino.
La ropa usada en pacas provenientes de Estados Unidos, así como los zapatos donados por Canadá y la Unión Europea representan los principales productos que venden los comerciantes haitianos en los mercados fronterizos que se realizan dos veces a la semana.
Tras su ingreso a República Dominicana, la ropa usada es comercializada en mercados de pulgas así como en pequeñas tiendas en todo el país, especialmente en pueblos y zonas rurales.
El Centro de Exportación e Inversión (CEI-RD) estima que asciende a más de tres millones de dólares al año.
El mercado binacional de Dajabón, a unos 300 kilómetros al noroeste de Santo Domingo, abrió al mediodía del lunes mientras equipos de seguridad dominicana impedían a los haitianos dedicados a la venta de ropa usada y de zapatos instalar sus puestos ambulantes.
El gobierno dominicano había intentado sin existo desde 2002 prohibir la importación de ropa usada por la frontera, pero los importadores han presionado para mantener ese comercio.
El ministro de Salud, Bautista Rojas, explicó que la nueva prohibición forma para de los controles sanitarios para impedir que la epidemia del cólera se propague a República Dominicana, donde se han reportados casos sospechosos que no fueron confirmados por exámenes de laboratorio.
El ministerio de salud precisó que, aunque no existen evidencias reales de que la ropa pueda de manera eventual propagar el cólera, prefiere paralizar ese comercio debido a que no puede controlar su higiene y la forma en que es manejado.
El vocero del ministerio, Luis García, detalló además que el mecanismos busca "restringir la movilidad" de los vendedores haitianos.
Tras la reapertura de los mercados, luego de que cerraron por la epidemia del cólera, el gobierno dominicano limitó el acceso de los vendedores y compradores haitianos sólo a la zona delimitada como área para el comercio.
También está prohibida la venta de comida casera en los cuatro principales mercados fronterizos, que habían permanecido cerrados desde el 25 de octubre y reabrieron el viernes ante la presión de comerciantes de ambos países, pero bajo nuevas medidas de seguridad y sanitarias.
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