Equipos de valoración de daños encontraron el sábado miles de tiendas de campaña destruidas en diversos campamentos para damnificados por el sismo en la capital de Haití, un día después de que un temporal azotara de repente la ciudad, en la que prevalece la devastación.
La tormenta del viernes por la tarde dejó al menos cinco personas muertas, entre ellas dos niños, así como centenares de heridos de diversa consideración, dijo el jefe de Protección Civil de Haití, Marie Alta Jean-Baptiste a The Associated Press.
Según cifras preliminares de las Naciones Unidas, más de 2.000 tiendas fueron dañadas o destruidas. Encargados internacionales de los albergues dijeron que el número podría exceder las 5.000 cuando concluya la valoración.
Las secuelas de la tempestad se exacerbaron sobre las moradas endebles debido a que los materiales que las constituían habían estado expuestos a los elementos del Caribe como el sol, la lluvia y el viento durante más de ocho meses tras el sismo que causó al menos 230.0000 muertos y dejó millones de damnificados sin casa.
Más de 1,3 millones de personas continúan viviendo en las calles de la capital en espera de un albergue temporal o de dinero para encontrar algún departamento.
"Muchas de las tiendas destruidas habían alcanzado su periodo útil", dijo Gerhard Tauscher, coordinador de albergues de la Federación Internacional de la Cruz Roja.
La reconstrucción apenas ha comenzado a pesar de los miles de millones de dólares prometidos para Haití tras el desastre que ocasionó el sismo. Se ha entregado menos del 15% del dinero prometido en marzo durante la conferencia de donantes organizada por las Naciones Unidas.
Estados Unidos, que tras el sismo proporcionó asistencia humanitaria por 1.100 millones de dólares, no ha entregado ninguno de los recursos de largo plazo que había prometido.
Los albergues temporales construidos de madera y metal tuvieron mucha mejor suerte durante la tormenta y registraron daños mínimos. Pero pocos damnificados del sismo viven en lugares de ese tipo.
La mayoría de los damnificados continúa viviendo en casas endebles o tiendas de campaña, a veces reforzadas con metal o madera. El temporal destruyó el 10% de las moradas de este tipo en algunas áreas de la capital y los daños se concentraron en las zonas urbanas centrales, dijo Tauscher.
Las instalaciones de administración de los albergues, incluidas tiendas para oficinas, espacios para clínicas y atención infantil, quedaron destrozadas, en especial en los campamentos establecidos en las laderas muy inclinadas de colinas que se ubican entre el centro de Puerto Príncipe y el suburbio de Petionville.
"Nuestra infraestructura fue arrancada; la casa, la oficina y los espacios para uso infantil. La clínica se sostuvo bastante bien y no hubo lesionados. Pero se cayeron árboles y el lugar tiene el aspecto de un absoluto desastre", dijo Emmet Fitzgerald, del Consejo Estadounidense para Refugiados, el cual administra un campamento de 26.000 personas en Terrain Acra.
Los daños fueron mucho menores al norte de la ciudad, en el campamento de Corail-Cesselesse, donde los residentes utilizaban herramientos para drenar el agua de las tiendas y levantar las moradas con asistencia de equipos de asistencia internacional y de seguridad, dijo el administrador Bryant Castro.
La tempestad súbita no formó parte de algún sistema tropical, más bien fue una tormenta ordinaria de inicios de temporada en el Caribe, a causa de las condiciones de frío y sequedad en la parte superior de la atmósfera, dijo a la AP el especialista jefe del Centro Nacional de Huracanes, Stacy Stewart.
No estaba disponible de inmediato información sobre la velocidad del viento y la magnitud de la caída de lluvia.
Ante los informes sobre árboles arrancados y tiendas derribadas, Stewart calculó que los vientos podrían haber alcanzado 96,5 kph (60 mph), que lo convertirían en un temporal violento pero con mucha menos potencia que un huracán.
La tormenta tropical Matthew se encontraba el sábado a una distancia de más de 1.600 kilómetros (1.000 millas), hacia el oeste, pero cerca de las costas de América Central.
Según pronósticos de modelos de computadora, esta tormenta podría virar hacia el norte mientras se debilita, con posibilidades de que cause lluvia en el oeste del Caribe o en el sureste de Estados Unidos
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