Los ganaderos y criadores de esta parte de la frontera han optado por fabricar corrales que tienen costos por encima de su capacidad productiva, debido a la gran ola de robos de animales en esta zona, los que en su mayoría son llevados al vecino país de Haití.
En muchas de las fincas de esos productores agropecuarios se puede observar corrales cercados con barrotes de hierro y concreto armado como parte de la seguridad a que se refieren, aunque algunos entienden que para los ladrones no hay nada seguro.
Dijeron que además de la inversión que hacen en la construcción de los corrales, también se han constituidos en guardianes, realizando patrullas nocturnas para perseguir a los delincuentes que asoman de noches por esas zona en busca de ganado, vehículos, motocicletas y otras mercancías que son llevadas a territorio haitiano.
el mas reciente de las victimas con este tipo de hurto fue el Abogado Jesús Félix, a quien los delincuentes le llevaron tres de sus mejores reses que fueron sacadas de un corral ubicado en el sector La Bomba del municipio de Dajabón, mientras que otras dos fueron dejadas abandonadas a pocos metros del río masacre.
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