Casi todos los dominicanos y dominicanas, no solo conocemos la terrible pesadilla que por muchos años constituye el gravísimo deterioro del sistema eléctrico, sino que la padecemos, la sufrimos en carne propia.
Esa amarga realidad ha sido uno de los factores de mayor peso para el desplome de la economía dominicana a todos los niveles, y la mejor muestra es que en los últimos 25 años, miles de grandes, pequeñas y medianas empresas se han ido a pique.
Ayer, decenas de usuarios y usuarias de Edenorte Dominicana, residentes en las comunidades de Cañongo y Carbonera, la primera perteneciente al municipio de Dajabón, y la segunda, al de Pepillo Salcedo, ocuparon las oficinas de la empresa energética aquí.
Se trató de una protesta, porque según sus alegatos, el voltaje no sirve, y encima de eso las facturaciones les llegan con montos elevadísimos.
Al lugar de la protesta se presentó la Alcaldesa, para ofrecerle su apoyo y encaminar algunas diligencias relacionadas a las problemáticas planteadas.
El de los usuarios y usuarias del mal llamado servicios eléctrico, de Cañongo y Carbonera es su reclamo justo que merece la atención de las autoridades del sector energético y del propio gobierno central, y ojalá que ya no haya más burlas en contra de esta noble y sacrificada gente.
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